ESENCIA DE LA SABIDURÍA
¡Homenaje a las Tres Joyas Sublimes!
Así escuché en aquel tiempo. El Bendito estaba sentado en Rajagriha, en el Pico de los Buitres, junto a una gran asamblea de monjes y Bodisatvas, absorto en la concentración acerca de los incontables aspectos de los fenómenos, llamada Profunda Iluminación. Al mismo tiempo, el Noble Chenrezi, el Bodisatva, el gran ser, estaba practicando la profunda perfección de la sabiduría, mirando perfectamente la vacuidad de existencia inherente también de los cinco agregados.
Shariputra, por el poder del Buda, le preguntó al Noble Bodisatva Chenrezi, “¿Cómo debería hacer un hijo del linaje, deseoso de emprender la práctica de la profunda perfección de la sabiduría, para entrenarse?”. Chenrezi replicó: “Shariputra, un hijo o hija del linaje, deseoso de emprender la práctica de la profunda perfección de la sabiduría, debería mirar perfectamente la vacuidad de existencia inherente también de los cinco agregados. La materia está vacía; la vacuidad es materia. La vacuidad no es más que materia y la materia no es más que vacuidad. Asimismo, sensaciones, percepciones, impulsos y conciencias están vacíos. Shariputra, todos los fenómenos son vacuidad, no tienen características, no surgen, no cesan; carecen de impureza, no están separados de la impureza; no disminuyen ni aumentan. Shariputra, en la vacuidad no hay materia, ni sensación, ni percepciones, ni impulsos, ni conciencias. No hay ojo, ni oído, ni nariz, ni lengua, ni cuerpo, ni mente, ni forma, ni sonido, ni olor, ni sabor, ni objeto del tacto, ni fenómenos. Del ojo a la mente no hay ignorancia, no hay vejez y muerte ni nada entre la ignorancia y la muerte. Del mismo modo, no hay sufrimiento, ni origen del sufrimiento, ni cese del sufrimiento, ni camino que lleve al cese del sufrimiento. No hay excelsa sabiduría, y no hay alcanzarla o no alcanzarla. Shariputra, los Bodisatvas no alcanzan nada; moran y confían en la perfección de la sabiduría, sus mentes no tienen oscurecimientos ni miedos; habiendo sobrepasado las visiones erróneas, van absolutamente más allá del dolor. Todos los Budas de los tres tiempos, confiando en la perfección de la sabiduría, se vuelven manifiestos, completos y perfectos Budas insuperablemente iluminados. Así, el mantra de la perfección de la sabiduría, el mantra del gran despertar, el mantra insuperable, el mantra igual a lo inigualable, el mantra que completamente pacifica toda desgracia, el mantra que no es falso y debe ser conocido como la verdad es:
Tayata Om
GATÉ GATÉ PARAGATÉ PARASAMGATÉ BODHI SVAHA
Un Bodisatva debe entrenarse en la perfección de la sabiduría de este modo, Shariputra.”
Entonces el Bendito emergió de la concentración felicitando a Chenrezi, diciendo, “Muy bien, muy bien. Ese hijo del linaje debería practicar la profunda perfección de la sabiduría exactamente como tú lo has enseñado.”
Cuando el Señor habló, todos los Tathágatas, Shariputra, Chenrezi, sus comitivas de discípulos, los dioses, los hombres, los semidioses y los espíritus se sintieron muy contentos y alabaron lo dicho por el Bendito.
Fin del Sutra del Corazón
Inmediatamente después de recitar el Sutra del Corazón se puede invocar el poder de la Verdad, para disipar obstáculos, del modo siguiente, golpeando las palmas donde se indica:
Por el poder de la verdad de las santas palabras del Buda,
¡que todas las adversidades sean superadas! (clap)
¡que se vuelvan inexistentes! (clap)
¡que sean pacificadas! (clap)
¡Que los ochenta mil tipos de interferencias y espíritus dañinos sean pacificados! (clap)
¡Que todas las condiciones adversas sean erradicadas y que aparezcan condiciones favorables!
Por medio de la virtud así producida, ¡que toda felicidad, alegría y todas las cosas buenas abunden de ahora en adelante!
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